Santa Cruz, mayo de 2025. – Los Bolivia Music Awards, uno de los eventos más conocidos en la escena musical del país, se encuentran en el centro de una fuerte polémica luego de que varios artistas nacionales expresaran públicamente su rechazo a presuntos cobros exigidos para participar o ser galardonados en la próxima edición del certamen.
Todo comenzó con una publicación del cantante Drop-D, radicado en Estados Unidos, quien denunció en sus redes sociales haber recibido una “invitación” a los premios que incluía un cobro de 350 dólares. “Ni los Grammys cobran para hacer entrar”, escribió el artista, calificando el evento como “premios basura” y cuestionando la legitimidad de la organización. Además, señaló que en el pasado intentó conseguir apoyo para promocionar su música a través de la plataforma, pero fue ignorado o se le pidió un pago adicional para ser incluido en el ranking.
“Con 350 bolivianos saco a comer a mi familia entera en Bolivia. Ni hablar de 350 dólares. Aprovechadores”, escribió en una publicación que rápidamente se volvió viral.
La declaración de Drop-D provocó una ola de reacciones. El reconocido artista Luis Vega, uno de los más premiados en ediciones anteriores, también se pronunció al respecto, anunciando que dejará de asistir a premiaciones en Bolivia. En un comunicado publicado en sus redes sociales, expresó: “Estoy totalmente en contra de la manipulación de información y de valorar a ciertos artistas en base a cuánto dinero pagan”.
Vega enfatizó que su mayor premio son “los aplausos del público y los millones de reproducciones que tengo en plataformas de manera orgánica”.

A estas voces se sumó la cantante Lu de la Tower, quien en años anteriores fue reconocida por la misma organización. “Me duele enterarme que a nuevos artistas se les está pidiendo pagar para poder ser parte de estos premios… Yo jamás pagué nada”, escribió, y anunció su desvinculación total del evento. “El arte nace del alma y del esfuerzo… eso no se compra”.

La respuesta del organizador
Ante la creciente ola de críticas, Diego Alba, director general de los Bolivia Music Awards, publicó un extenso mensaje en redes sociales donde explicó el origen del evento y defendió su gestión.
“Quiero hablar desde el corazón y aclarar que nunca fue mi intención lucrar con esto”, afirmó Alba. Explicó que los premios nacieron como un proyecto independiente para apoyar a artistas bolivianos y que, debido a la falta de patrocinadores, en algunas ocasiones se solicitaron contribuciones voluntarias para cubrir los costos de producción.
Sobre el cobro de $350 dólares, Alba aclaró que solo fue enviado a seis artistas —entre ellos Drop-D— y que el monto tenía como fin apoyar la logística y organización de un evento “de talla internacional”. Señaló que, tras la polémica, se decidió no enviar más invitaciones de este tipo. “Ese dinero ni siquiera iba a ser para nosotros, sino para costear el evento”, dijo.
También reconoció que la iniciativa ha enfrentado dificultades y errores. “No voy a negar que tuvimos falencias durante todo el proceso… Quiero disculparme públicamente con aquellos artistas que tuvieron una mala experiencia”.
Debate abierto
La controversia ha abierto un debate necesario sobre la transparencia y equidad en los reconocimientos musicales en Bolivia. Mientras algunos artistas piden una reforma profunda en la forma de organizar este tipo de eventos, otros llaman a fortalecer una industria cultural que valore el talento por encima del poder adquisitivo.
El futuro de los Bolivia Music Awards ahora está en entredicho, y el reclamo por una gestión más profesional y accesible parece haber encontrado eco entre artistas, productores y el público.