En el marco del PIP (Programa de Periodismo Digital organizado por Tigo), la experta aseguró que la AI está atravesando todas las profesiones y sectores y plantea nuevas oportunidades para investigar, procesar y presentar la información.
Florencia Coelho navega las aguas profundas de la Inteligencia Artificial (AI, siglas en inglés) aplicada al periodismo. Asegura que, es imposible escapar de la AI, que atraviesa todos los ámbitos y representa una nueva alfabetización para los que quieren fortalecer su trabajo. “Te brinda superpoderes de estadística y colaboración para investigar casos que parecen casi imposibles realizarlos manualmente”.
Abogada, fundadora del equipo La Nación Data, con más de 15 años dedicados al periodismo y experta en periodismo de datos, Coelho ha visto de cerca la aplicación de esta herramienta en el campo electoral, en analizar escuchas de autoridades que afrontan un juicio, ha monitoreado de cerca investigaciones que analizan las contrataciones públicas, las emisiones de CO2, el lenguaje inclusivo, la salud, el lenguaje corporal y está al día de los avances y aplicaciones que se realizan, tanto en inglés como español, de la AI.
Coelho fue la docente invitada de la tercera clase del Programa Internacional de Periodismo Digital (PIP), organizado por la empresa de telecomunicaciones Tigo y dictado por la Universidad Austral de Argentina y que, en esta versión, reúne a más de 280 periodistas de los nueve departamentos de Bolivia. Inteligencia Artificial y periodismo: ¿Por qué debemos pre/ocuparnos? fue el tema que desagregó Coelho durante más de dos horas.
¿La AI sólo sirve para redactar notas de manera rápida?
No. Coelho reiteró que la AI representa estadística + colaboración, pero siempre con un margen de error. Habló de los múltiples usos que se puede dar para monitorear algoritmos de decisión, por ejemplo, en los gobiernos y empresas públicas y privadas. “Los algoritmos se asemejan a esa mamá que diseña un menú de comida saludable para fortalecer la nutrición de sus hijos y va incluyendo alimentos que le ayudan a cumplir ese fin”, explica.
Coelho también habló de cómo estos algoritmos, incluso, pueden ser herramientas de exclusión. Puso como ejemplo, la experiencia de un padre que, compró una TV con mando de voz y, cuando lo probó su hijo, con síndrome de Down, la pantalla decía no reconocer la voz provocando tristeza en el infante. Explicó también cómo se entrenó a esos algoritmos para que detecte sonidos de la deforestación en áreas de reserva forestal en diversas partes del mundo.
“La AI entrena un modelo de algoritmos, acierta según la solicitud que uno le haga, pero siempre hay un margen de error. Lo grave es cuando alguien quiere hacer daño con esa información”, advierte Coelho.
Aprendizaje automático, procesamiento del lenguaje y dictado de textos
La AI también ayuda a resolver procesos de aprendizaje automático (machine learning), procesamiento natural del lenguaje (natural lenguage processing), reconocimiento de imagen (imagen recognition), dictado de textos speech to text) e incluso, la robótica.
Narró, como ejemplo, la práctica de un medio de Brasil que convirtió en textos los videos de candidatos electorales y luego cruzó variables relacionadas al discurso que les ayudó a entender las prioridades políticas del partido. Desglosó el ejemplo de un medio en Viena que analizó más de 8 millones de documentos para detectar el daño que provocan los implantes en los pacientes.
La importancia de las alianzas y el respeto de los derechos
Coelho se detuvo a comentar la experiencia de La Nación para procesar, a través de la AI, más de 35.000 telegramas electorales de cuatro jurisdicciones de Buenos Aires con el propósito de detectar posibles inconsistencias y errores en su elaboración. Organizaron una maratón cívica para analizar los documentos y, sobre todo, que los resultados tengan la credibilidad del ente electoral y de la población.
“Para este trabajo se diseñó algoritmos que ayudaron a procesar la información y fue fundamental las alianzas con más de una docena de instituciones, entre ellas universidades, que validaron el proceso y, juntos comunicamos que estábamos pendientes de esta información electoral”, expresó.
La experta narró cómo, una investigación ocupó AI para realizar el Procesamiento del Lenguaje Natural (NLP) de las principales letras de los cantantes de Trap investigar el trasfondo de este subgénero musical del hip hop, que se originó en los 90 “Cómo lo digo”, es otro proyecto periodístico, al que se sumaron múltiples instituciones, que desarrollaron un detector de palabras para aprender a decir las cosas sin discriminar ni afectar los derechos de las personas. También hay un proyecto experimental en Estados Unidos que analizó, mediante un software con AI, las fotos que utilizaron los candidatos electorales y fue interesante ver que muchos rostros tenían características asiáticas”, explicó.
“Es importante que se promulguen reglamentos y políticas referentes a la AI ya que, se ha detectado artículos inventados que atribuyen fuentes de una marca y, no fueron contenidos desarrollados por la misma. Es prudente tener cuidado de usar como fuente un párrafo redactado, por ejemplo, con chat GPT, sin analizarlo y contrastarlo previamente”, analizó.
¿El chat GPT reemplazará a los periodistas?
No. Coelho, asegura que esta herramienta en un modelo estadístico muy poderoso para generar textos, audios e imágenes, pero que siempre van a necesitar el editor humano que verifique la información, que la entienda y que sepa verificar las fuentes. “La AI va reemplazar el trabajo fácil de los periodistas. Puede ayudar a corregir ortografía, brindar datos de precisión sobre cronologías, perfeccionar la verificación de las notas. Es como un pasante o asistente que, necesita ser monitoreado y supervisado. Brinda nuevas oportunidades a los medios de comunicación para que sigan siendo un faro de la verdad”, explica.
Cuando le preguntaron sobre la renuncia de Geoffrey Hinton, el científico británico y precursor del Chat GPT y de Google Bard, Coelho aseveró que, sin duda, él sabía del poder que tiene esta herramienta en la persuasión y en la inteligencia de datos. “Es como un Ferrari que uno sabe que va a 250 Km por hora y de pronto se sube un adolescente que sale a la luz pública y lo conduce a la velocidad para la que fue diseñada. Puede generar muchos riesgos”, concluyó.
Periodista digital desde el 2006.